¿La vida evolucionó varias veces? Explorando la incógnita.

Desde sus modestos orígenes, la vida ha infectado al planeta entero con innumerables formas hermosas. El origen de la vida es el evento biológico más antiguo, tan antiguo que no hay pruebas claras más allá de la existencia misma de la vida. Esto plantea muchas preguntas, y una de las más intrigantes es cuántas veces la vida ha surgido mágicamente a partir de elementos no vivos.
¿Toda la vida en la Tierra evolucionó solo una vez, o los distintos seres vivos son de diferentes telas? La cuestión de cuán difícil es que surja la vida es interesante, sobre todo porque podría arrojar luz sobre la probabilidad de encontrar vida en otros planetas.
El origen de la vida es una pregunta central en la biología moderna y probablemente la más difícil de estudiar. Este evento tuvo lugar hace cuatro mil millones de años y ocurrió a nivel molecular, lo que significa que hay poca evidencia fósil al respecto.
Se han propuesto varios escenarios para la abiogénesis, desde primitivas sopas hasta el espacio exterior. Sin embargo, el consenso científico actual es que la vida surgió de moléculas no vivas en un proceso natural llamado abiogénesis, muy probablemente en las oscuras chimeneas hidrotermales de las profundidades oceánicas. Pero si la vida surgió una vez, ¿por qué no más veces?
¿Qué es la abiogénesis? Los científicos han propuesto una serie de pasos consecutivos para la abiogénesis. Sabemos que la Tierra era rica en diversas sustancias químicas, como aminoácidos, nucleótidos (moléculas básicas de los ácidos nucleicos) y azúcares, que son los componentes fundamentales de la vida. Experimentos de laboratorio, como el icónico experimento de Miller-Urey, han demostrado cómo estos compuestos pueden formarse naturalmente en condiciones similares a las de la Tierra primitiva. Algunos de estos compuestos también podrían haber llegado a la Tierra transportados por meteoritos. Luego, estas moléculas simples se combinaron para formar otras más complejas, como lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. Es importante destacar que los ácidos nucleicos, como el ADN de doble cadena o su primo ARN de cadena sencilla, pueden almacenar la información necesaria para construir otras moléculas. El ADN es más estable, mientras que el ARN puede ser parte de reacciones químicas en las que una molécula se replica a sí misma: autorreplicación.
La hipótesis del “mundo del ARN” sugiere que la vida temprana pudo haber utilizado el ARN como material genético y para la replicación antes de la aparición del ADN y las proteínas.
Una vez que un sistema de información puede hacer copias de sí mismo, se activa la selección natural. Algunas de las copias nuevas de estas moléculas (a las que podríamos llamar “genes”) contendrán errores o mutaciones, y algunas de estas mutaciones mejorarán la capacidad de replicación de las moléculas. Con el tiempo, habrá más copias de estos mutantes que de otras molé